En la edad media, en tiempos de Alfonso X el Sabio, la actividad económica en la corona de Castilla era la ganadería, fundamentalmente la ovina.
En aquellos tiempos, hasta hace unos años, la mayor parte de la ganadería ovina era trashumante, desplazándose a través de unos caminos, denominados cañadas. En la temporada invernal se situaban en las zonas de Extremadura, que presentan unas temperaturas más templadas, mientras que en las temporadas cálidas de verano se desplazaban hacia los pastos del norte, como León, Asturias, Cantabria.
La gran expansión de la ganadería trashumante se produjo durante el siglo XII y XIII, a la vez que el reino de Castilla se extendía e iba ocupando los territorios del sur de la península.
Debido a esa relevancia económica que tenía el pastoreo trashumante, se creó la denominado Honrado Concejo de la Mesta, en el año 1273. Se trataba de un gremio profesional donde se agrupaban los ganaderos dedicados a la trashumancia, lo que le permitió tener unos extensos terrenos dedicados a los pastizales, que serian aprovechados durante la temporada invernal. La gran importancia que tuvo la Mesta se debió a que los monarcas de la época les otorgaron una serie de privilegios, como eximir a los pastores del servicio militar, derechos de paso y pastoreo…