Como seguro que ya sabéis, el queso es un producto antiguo. Este manjar se ha ido pasando entre distintas generaciones hasta llegar al día de hoy. ¿Conoces la historia del queso de oveja?
El ganado ovino ha estado muy presente a lo largo de la historia. Desde siempre ha sido un pilar fundamental en la economía de nuestro país. Su carne, lana y especialmente su leche han sido muy valoradas y utilizadas, incluso como moneda de cambio.
Mismamente los reyes de España concedieron muchos privilegios a las ovejas, incluso muchos mas que a la agricultura, dadas las riquezas que generaban los rebaños en la economía española.
Antiguamente, la mayor parte de la población estaba relacionada con las ovejas de una forma u otra: su carne era consumida como alimento base, la lana servía para tejer las ropas con las que vestir y la leche como alimento para los pastores… ¡Pero no solo para esto! Su mayor producción se dedicaba a elaborar queso de oveja, también muy apreciado como objeto de cambio.
Las razas Churra y Merina son las razas de oveja mas apreciadas por los quesos que se obtenían de su leche.
La calidad de la leche estaba influenciada, en gran medida, por la alimentación que llevaban las ovejas. Por eso, los pastores buscaban siempre los mejores pastos, llevando a cabo grandes movimientos de rebaños en diferentes temporadas.
Se trasladaban desde la Meseta española hasta zonas mas cálidas. Esto es lo que denominamos trashumancia.
De aquí surgieron las famosas Cañadas Reales, esos caminos por los cuales transitaba el ganado en estos movimientos de trashumancia.
Unos caminos que a día de hoy se siguen realizando, en pleno siglo XXI. Es todo un espectáculo ver como miles de ovejas pasan por el corazón de grandes ciudades, como Madrid en el mes de octubre.
En esos movimientos que realizaban, los pastores hacían vida en el campo, alimentándose con lo que este propio campo les proporcionaba. A parte de cuidar a sus rebaños, también se dedicaban a la elaboración del queso de oveja.
Un queso que, según los hallazgos, se cree que se descubrió hace 10.000/12.000 años, tras domesticar a las primeras ovejas.
Uno de los primeros datos que se tienen, según la leyenda, cuenta que un pastor árabe volvía a su hogar con la leche de sus ovejas en una bolsa elaborada con la tripa de cordero, y que, tras caminar a pleno sol y abrir la bolsa, estaba cuajada.
Al principio solo se elaboraba queso de leche cruda, hasta que un microbiólogo descubrió la pasterización, empezando a elaborarse de esta forma y haciendo que desapareciesen algunos organismos que dañaban el queso.
Esta tradición se ha mantenido a lo largo de los años, donde ya en el siglo XIX aparecieron las primeras fabricas familiares que elaboraban quesos con la leche de oveja.
Tradiciones que se mantienen a día de hoy, porque los pastores siguen manteniendo el mismo cuidado en sus rebaños y utilizando la mayor parte de la leche extraída para su posterior elaboración de queso de oveja. ¿Sabes algún dato más sobre la historia del queso de oveja?
