Cuando el termómetro empieza a subir cambiamos radicalmente la alimentación. El verano hace que nos olvidemos de los guisos y optemos por otras alternativas como las ensaladas o los gazpachos. Pero, ¿y el queso?
Las altas temperaturas también afectan al queso, no somos nosotros los únicos que nos deshidratamos y sudamos. Por eso, cuando el queso entra en contacto con el calor del verano, pierde parte de su grasa natural, influyendo en su textura y su sabor. Es muy importante la conservación del queso durante estos meses de verano, como lo guardemos y por supuesto, que se encuentre en un lugar fresco. Por eso, siempre que podamos, y más en esta época es importante que guardemos el queso en la nevera.
Ensalada con queso
Como hemos dicho las ensaladas se convierten en el plato extra del verano y un complemento ideal para ellas son los quesos frescos o tiernos. Aunque siempre podemos elaborarnos una tabla de quesos donde los predominantes sean los menos curados, que son los que «menos sufren» con las altas temperaturas.
Pero claro, toda comida tiene que tener un buen postre y son muchos los que podemos elaborar con esta gran materias prima, como la tarta de queso, helados o incluso unas cuñas de queso que combinemos con frutas de temporada como melocotón, fresas etc, ¿cómo sería una macedonia de frutas con taquitos de queso? No lo hemos probado, de momento, pero la verdad que tienen que estar buenísima.
Queso cremoso Quesería La Antigua
Otra de las opciones es disfrutar de un buen queso cremoso, que podemos llevar a la playa, a la piscina y nos puede servir como entrante o como picoteo antes de una buena ensalada.
Aunque cambies de forma radical nuestra alimentación, por que comemos en la piscina o porque con el calor se no va el hambre, estamos seguros que siempre habrá un hueco para un poquito de queso, que haga que tu ensalada, tu gazpacho o tu fruta tengan un toque diferente.