El término etiqueta limpia es un concepto que cada vez más consumidores buscan dentro de sus prioridades a la hora de elegir un producto dentro de las muchas opciones que actualmente la industria alimentaria ofrece. Aunque a día de hoy la FDA (Food and Drug Administration) no ha establecido ninguna definición para este concepto, podemos decir que una etiqueta limpia corresponde a un alimento que ha sido elaborado bajo los siguientes aspectos:
Por tanto los productos con «etiqueta limpia» son aquellos con una información comprensible para el consumidor interesado en la composición de lo que está a punto de comprar, y que sea posible leer y comprender, sin necesidad de traducción.
Es un hecho que las personas supervisan cada vez más de cerca las características de los alimentos que consumen y escogen aquellos que ayudan a mantener un peso saludable. Si dentro de los alimentos frescos triunfan las hortalizas, frutas, legumbres y frutos secos, en el caso de los productos procesados la punta de lanza son los productos con una etiqueta clara. La industria agroalimentaria se ha dado cuenta y ha empezado a impulsar productos procesados con pocos ingredientes, habida cuenta de que comer algo que contiene glicina, ácido oxálico-300, nitrito de sodio o espumantes, por poner algunos ejemplos, resulta bastante incomprensible para buena parte de la población.
El 80 % de los consumidores europeos considera que la lista de ingredientes de un alimento es un factor clave en la decisión de compra. Un 68 % de los consumidores admiten estar dispuestos a pagar un sobreprecio por alimentos y bebidas sin ingredientes indeseables (¿o quizá incomprensibles?)
Consumidor interesado en las etiquetas
Cualquier alimento envasado (con independencia de que se presente en forma de caja, lata, bolsa, cartón o botella) tiene que llevar una etiqueta nutricional que enumere su contenido, lo que está provocando que cada vez más consumidores se hayan convertido en expertos en su lectura y que un número creciente de empresas empiecen a evitar ingredientes sin correspondencia con lo que cualquiera de nuestras abuelas y abuelos consideraría un alimento sano.
Y es que tener un jeroglífico en el etiquetado de los productos lo único que hace es que los consumidores no entiendan qué se llevan en el carrito de la compra lo que, unido a las diferentes estrategias de marketing que algunas marcas de ultraprocesados ponen en marcha para confundir aún más, dan como resultado malas elecciones en materia alimentaria.
Nuevas etiquetas de La Antigua
Crear quesos auténticamente inspiradores y naturales, elaborados con ingredientes de la más alta calidad, ha sido nuestra misión desde un inicio. Hoy continuamos con esa tradición de ofrecer siempre lo mejor a todos y cada uno de nuestros clientes.
De este modo, no sólo ponemos nuestro empeño diario en conseguir el sabor más sano, natural y artesanal en nuestros quesos, con tan sólo 4 ingredientes que son los que tienen nuestros quesos de oveja, si no que somos conscientes de la importancia que el consumidor le da a la nutrición y el bienestar.
Y en este sentido, en La Antigua, trabajamos tambien en la sostenibilidad ambiental, con un uso de recursos y energía más eficiente, concibiendo, planificando, proyectando y gestionando nuestra actividad incurriendo en la sensibilidad, compromiso y criterio.
Por poneros un ejemplo, en nuestra tienda online enviamos los quesos en cajas de cartón reciclables y protegidos por papel alimentario, un papel que se puede reutilizar para envolver y conservar los quesos una vez abiertos y darle un segundo uso al material. ¿Qué te parece?